domingo, 28 de octubre de 2012

EL GRAN FRAUDE DEL CALENTAMIENTO GLOBAL




En la última década se ha oído con gran frecuencia el término de ‘Calentamiento Global’ haciendo referencia a las altas temperaturas que se han registrado en los últimos años en todos los países y que supera la media de temperatura que tienen muchas ciudades. Según ésta teoría, el ‘Calentamiento Global’ es causado por las emisiones de CO2 expulsadas a la atmósfera y que causan las diferentes actividades antrópicas, produciendo un retención de los rayos solares en el globo terráqueo y, por tanto, un calentamiento anormal de la Tierra.

Pero, existen personas, la mayoría de ellas autoridades científicas, que refutan esta teoría argumentando este cambio como un proceso natural del planeta el cual siempre ha tenido períodos de bajas o altas temperaturas independientes a las emisiones de CO2 y que, por tanto, la teoría del ‘Calentamiento Global’ es solo propaganda, una mentira distribuida por los medios de comunicación para que la población global, sin pruebas científicas poderosas que la validen, pero aceptada como una verdad absoluta que no puede ser contradecida. Pero, ¿A quién debemos creerle?

Debemos partir del hecho que no existen las verdades absolutas y que cada idea puede ser presentada y debatida mientras se tengan los argumentos necesarios que permitan que esta sea discutida y posteriormente aceptada o, en su defecto, refutada según la consideración personal de cada persona interesada. “La aceptación generalizada de una idea, no es muestra de su validez” (Dan Brown).

Si bien el 'calentamiento global' es una teoría, es tratado como una realidad, lo que es un acto erróneo y, aún más, tratándose de un hecho de índole científica y que incluye a todo el mundo en todos sus aspectos. La intromisión de ideales políticos a tergiversado esta idea convirtiéndola en apocalíptica, obligándonos a ver el retroceso de los procesos actuales hacia unos más primitivos para salvar la humanidad, condenando el estilo de vida cotidiano de las personas.

En realidad, el CO2 forma parte del proceso natural del planeta Tierra, en la fotosíntesis y respiración de todos los seres vivos, los volcanes producen CO2 al igual que los océanos  el afirmar que las emisiones de dióxido de Carbono a la atmósfera produce un cambio climático, es aceptar que tan solo nuestra existencia es contaminación. La naturaleza tiene un gran potencial para regenerarse y si bien es verdad que estamos destruyendo nuestro entorno, eso no quiere decir que es el fin del mundo; el planeta ha sobrevivido con o sin la presencia del hombre, la raza humana es tan solo el último segundo en todo el reloj biológico de la Tierra. ¿Por qué pretender  ser tan importante como para acabarla o  asumirse como dueños de ella? 

Podríamos considerar al ser humano como una colonia de hormigas en este enorme entorno, si se destruye el hormiguero las únicas que resultaran afectadas serán las hormigas que lo habitaban, por consiguiente, se podría decir que si el ser humano destruye el mundo como lo conoce ahora solo comprometería al ser humano pues, como ya hemos visto existen procesos evolutivos y de extinción que permiten que, mientras algunas especies desaparezcan, otras simplemente adapten sus procesos biológicos a nuevas condiciones permitiendoles un poco más de perpetuidad en la naturaleza.

En conclusión, sea cierto o no el 'calentamiento global' deberíamos entender que es un fenómeno que tan solo afecta al ser humano, pero que por su visión antropocéntrica a agrandado la magnitud de estas ideologías llevando a pensar que será la destrucción del planeta Tierra, no es la raza humana tan grande o magnífica como para aplastar un proceso de creación que ha llevado cientos de miles de millones de años, así que el propicio dejar a un lado la visión derrochadora que propiciaría negar del todo esta teoría y, ignorar la visión romántica y engrandecida que entregaría la total aceptación de la misma y trabajar por un desarrollo sostenible que sea equitativo y le brinde una visión justa a todos los países que desean llegar al desarrollo.

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